
Arte y música se unen en un irrepetible momento para la eternidad. Dos grandes maestros, Lou Reed y John Cale, se unen en este disco conceptual. Y en la parte teatral, aunque fallecido, el artista pop con mayúsculas: Andy Warhol.
Lou Reed y John Cale formaron parte del grupo The Velvet Underground, creado a mediados de los años 60. Su estilo nada tenía que ver con el de la época: mientras los hippies cantaban al amor libre y a las cosas bonitas del mundo, The Velvet Underground expresaba lo cotidiano de su ciudad (Nueva York): drogas (y no drogas de moda como el LSD, sino otras peor vistas como la heroína), sadomaso, maltrato... Sus conciertos se definían en tres palabras: ruido, ruido y más ruido.
La noche antes de la última que tocaron en el Café Bizarre (antes de ser despedidos por espantar a la clientela con sus chirridos) ocurrió que Paul Morrissey llevó al artísta polifacético Andy Warhol a verles actuar, asegurándole que serían un buen fichaje para su estudio conocido como The Factory. Así, Warhol se convirtió en manager del grupo hasta 1968, cuando las diferencias acerca del enfoque del grupo separaron al artista de su proyecto para siempre.
Warhol murió en 1987, a causa de problemas post-operativos. Ello propició que las dos grandes mentes de The Velvet Underground se reunieran por primera vez desde 1972 para colaborar en un álbum en su memoria, con un estilo musical que Cale había ido perfeccionando a lo largo de la década de los 80 conocido como art rock. El título, Songs for Drella, fue dado por el apodo que usaba Warhol, mezcla de Dracula y Cinderella.
Songs for Drella se presenta en tres grupos distintivos de canciones. El primero, narrado en primera persona de Warhol; el segundo, ciclos narrativos de acontecimientos y el tercero, pensamientos en voz alta tanto de Reed como de Cale. Así pues, el disco empieza con Small Town, un pequeño retrato del sentimiento de pez grande en estanque pequeño (There's no Michelangelo coming from Pittsburgh), y las ansias de expandirse a lo más grande, relatadas por la voz de Reed. Open House presenta The Factory, desde una perspectiva ajena a Warhol o al dúo, y la idea de llenarla de personajes para convertirlos en estrellas (Fly me to the moon, fly me to a star. But there are no stars in the New York sky. They're all on the ground). Style it Takes retoma la perspectiva de Warhol y su visión excéntrica del arte, haciendo incluso mención al grupo de Reed y Cale (This is a rock group called The Velvet Underground. I show movies on them, do you like their sound. 'Cause they have a style that grates and I have art to make).
Warhol era un obseso del trabajo, siempre en busca de nuevas ideas, nuevos talentos y nuevos métodos a costa de perder el sueño, el hambre y lo que fuera (He'd get to the factory early. If you'd ask him he'd tell you straight out. It's just work, the most important thing is work). Así es Work, la cuarta canción del disco, donde Reed también aprovecha para expresar un poco de arrepentimiento acerca del despido de Warhol (Andy sat down to talk one day. He said decide what you want. Do you want to expand your parameters or play museums like some dilettante. I fired him on the spot, he got red and called me a rat. It was the worst word that he could think of, and I've never seen him like that). En Trouble With Classicists se evoca el choque de pensamiento creativo entre Warhol y, por decirlo de alguna manera, el resto de artistas. Warhol, más interesado en lo que ocurre abajo en la calle que en pensamientos abstractos (I like the druggy downtown kids who spray paint walls and trains. I like their lack of training, their primitive technique. I think sometimes it hurts you when you stay too long in school. I think sometimes it hurts you when you're afraid to be called a fool). En ese sentido, Starlight remarca su interés por lo natural de la ciudad, sus conocidas películas de horas de duración mostrando cosas comunes a las que nunca prestamos atención.
Warhol era un hombre al que le gustaba rodearse de gente, pero a la vez era tímido e inseguro. Sus ideas sobre la gente se plasman en Faces and Names. Cale pone voz a Warhol mostrando su inseguridad hacia los demás, tanto de sus sentimientos encontrados (I'm always staring at someone who hurts. And the one they hurt is me) como del qué pensarían de él (People who want to meet the name I have, are always disappointed when they meet me). Haciendo otro guiño a la Velvet, Images saca la fúria y la rabia del grupo con la viola de Cale chirriando a lo largo de la composición, mientras la guitarra de Reed le da intensidad rockera. En este sentido, la canción vuelve al arte de Warhol y la visión tanto de los demáscomo de él mismo sobre este. Mientras otros ven grandes ideas, significados internos cargados de intencionalidad y otras parafernalias para llenar críticas, Reed pone voz a Warhol mostrándose tan profundo como un techo (If you're looking for a deeper meaning, I'm as deep as this high ceiling).
Slip Away entra en la parte del sentimentalismo de Warhol, reafirmando su necesidad de rodearse de gente y la importancia para él de ese santuario llamado Factory (If I close the Factory door and don't see those people anymore. If I give in to infamy ... I'll slowly slip away). It Wasn't Me sigue con la mente de Warhol. Esta vez, se trata de Reed cantando las palabras de Andy dirigidas al propio Reed recriminándose decisiones erróneas propias de las que culpó al artista.
Entramos en la recta final del disco con I Believe, un repaso al incidente de Warhol con Valerie Solanas. Solanas disparó a Warhol tras ser despedida, y fue la primera vez que pasó por un hospital. Un episodio que le cambió de por vida. Tras su detención, Solanas dijo a la policía que Warhol la controlaba (de hecho, Solanas fue quien escribió el manifesto SCUM a favor de la misandria) (Valerie Solanis took the elevator got off at the 4th floor. She pointed the gun at Andy saying you cannot control me anymore). Siguiendo la linea del intento de asesinato va Nobody But You, otro contacto con la mente de Warhol. Así mismo, A Dream plantea las pesadillas que podrían pasar por la mente de Warhol tras el accidente con Solanas, con un tono mucho más lento y tétrico que el resto del disco, el cual contrasta con el de Forever Changed, sobre el mismo tema y cómo le cambió la vida al artista.
Finalmente, Hello It's Me es el gran final, en el que Reed y Cale expresan sus sentimientos tardíos hacia Warhol, y le piden perdón por no haber vuelto a hablar con él antes de su muerte (Andy it's me, haven't seen you in a while. I wished I talked to you more when you were alive), y termina con una despedida vergonzosa y tímida, como él hubiera querido.
En momentos de escasez creativa o de cambios importantes, recurro a este disco para reencontrarme con mi artista interior. Y es que como decía Warhol, todos tenemos nuestros 15 minutos de fama. Porque, también, todos somos unos artistas a nuestra manera. Warhol no era un gran pintor como Velázquez, ni un gran director de cine como Scorsese. Y a pesar de no hacer grandes obras, era un artista.